Salvador Dalí es uno de los artistas más destacados del siglo XX. En este artículo, queremos descubrir más sobre sus inicios y comprender el porqué de algunas de sus obras surrealistas más reconocidas.
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Obras anteriores a la Guerra Civil
A continuación, analizamos algunas de las obras surrealistas de Dalí previas a la Guerra Civil:
“Dos figuras en una playa” o “Los deseos insatisfechos”, 1928
Dos figuras en una playa representa dos cuerpos, el de un hombre y una mujer, en actitud sexual, muy probablemente realizando el coito. La figura de la izquierda destaca por un dedo, firme, que simboliza un pene erecto. A la derecha, se entienden que esas curvas son las propias de una mujer, también desnuda.
Esta obra fue retirada del Salón de Otoño de la Sala Parés por su alto grado de erotismo. Solo pudo aceptarse exhibir el cuadro con un corcho que cubría el “dedo”. Dalí dio una conferencia en el marco del mismo salón, donde se declaraba seguidor de las teorías de Sigmund Freud, y con ello justificó la sensualidad y sexualidad exhibidas.

“El juego lúgubre”, 1929
El juego lúgubre de Dalí muestra, en una especie de collage en óleo, múltiples actitudes sexuales, tanto en pareja como en solitario. Destacan en esta obra las diferentes texturas de las figuras, algunas de ellas blandas, otras duras; y las distintas formas, algunas hipertróficas y otras inquietantes. Todas ellas parecen una narración onírica, propia del psicoanálisis, tan presente en el surrealismo.
“El gran masturbador”, 1929
Tal como indica el título, Dalí representa la masturbación como tema central de la obra. En ella, una cabeza monstruosamente grande, parece ser una metáfora de los deseos de Dalí cuando Gala vuelve a París, después de conocer al artista.
De nuevo, sensualidad y sexualidad se unen en una de las obras más representativas y famosas de Dalí, uniendo ambigüedad y cuerpos que sucumben a la descomposición. Otra de las mezclas recurrentes de Dalí: sexo y muerte.
“La persistencia de la memoria”, 1931
La persistencia de la memoria, también conocida como Relojes blandos, muestra una escena de Port Lligat en la que, en la playa, una cabeza amorfa convive con tres relojes blandos, deshechos. En la pintura aparece un cuarto reloj, esta vez rígido, pero dado la vuelta y con hormigas encima, lo que parece simbolizar la decadencia.
Esta es una de las obras más conocidas de Dalí y representa el paso del tiempo y la incapacidad humana para controlarlo.

“Construcción blanda con judías hervidas”, 1936
En Construcción blanda con judías hervidas aparece un personaje grotesco, violento, enorme y con forma escultórica, con miembros despedazados. La intuición de Dalí sobre el inicio de la Guerra Civil se ve simbolizada por las judías hervidas del suelo, comida ya cocinada que huele, como lo hace la carne de cuerpos descompuestos.

Muchas veces incomprendidos por el público de la época, los artistas surrealistas pretendían provocar una reacción que solía ser muy polémica entre los espectadores, entre ellos, el mencionado artista, Salvador Dalí.
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