Manet, Monet, Degas, Pizarro, Renoir, Morisot, Sisley o Cézanne… Estos apellidos tan famosos dentro de la historia del arte compartieron la misma época en el París del siglo XIX. Todos ellos, desde su punto de vista singular, revolucionaron los límites del arte con sus creaciones. En su primera exposición de 1874 fueron descritos despectivamente como “impresionistas” y, desde entonces, poco a poco, el impresionismo se consolidó como uno de los movimientos estéticos más importantes de la cultura contemporánea.
El estilo, basado en las breves pinceladas y los retratos de la sociedad parisina del momento, cautivó más allá de las fronteras francesas y supuso una gran influencia para muchos artistas del continente europeo. Aunque aparentemente la influencia de este movimiento en España quedó en segundo plano, sí se pueden destacar algunos grandes pintores que utilizaron este estilo como base para sus obras.
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Algunos apuntes sobre el impresionismo
A grandes rasgos, el impresionismo se basa en captar la realidad del momento tal y como se muestra ante los ojos Busca una temática alegre, en muchas ocasiones relacionada con el ocio social o el goce paisajístico.
Los pintores que lo utilizaron, se fijaban, especialmente, en la calidad del color en los objetos, y en cómo variaba la apariencia cromática de las figuras dependiendo de la luz que recibían y su entorno. En otras palabras, si había o no dinamismo.
Además, empleaban un particular estilo pictórico que consistía en trazar manchas de diferentes colores en el cuadro que el ojo humano directamente “sintetizaba”. Se trataba de un juego pictórico que no buscaba una interpretación social o un tema de trasfondo. Y es que, a diferencia de los academicistas de la época, los impresionistas apostaban por el ”arte por el arte”, es decir, un arte libre, independiente y personal.
Influencias de la pintura impresionista en España
En España, se encuentran algunos precedentes, como Eugenio Lucas Velázquez, Marià Fortuny i Marsal o el pintor Carlos de Haes, que supondría una figura clave para la difusión de este movimiento. Sin embargo, muchos se fueron a estudiar a Francia, Bélgica o Alemania y, a diferencia de los pintores franceses, estaban más sujetos a las normas academicistas.
Dentro del ámbito español destaca la escuela valenciana de Ignasi Pinazo y Joaquim Sorolla, que tiene el Mediterráneo como escena. Se podría decir que sus pinturas eran incluso más luminosas, pero al mismo tiempo también se caracterizaban por el uso de colores terrosos y tonos oscuros, y formas mucho más delimitadas, características que beben de la tradición artística española.
Sin embargo, el impresionismo hizo especial mella en la pintura catalana. Eso fue posible principalmente gracias a Eliseu Meifrèn y, posteriormente, a Nicolau Raurich, Francesc Gimeno o al reconocido Santiago Rusiñol. También destacaron los pintores modernistas más cercanos a Els quatre gats, como Joaquim Sunyer, Isidre Nonell, Joaquim Mir y Ramon Casas.
Pintores impresionistas españoles
El nombre más representativo seguramente sea el valenciano Joaquim Sorolla, quien retrataba la vida costumbrista española frente al Mediterráneo con colores intensos y luminosos. Algunos ejemplos son Playa de valencia (1908) o Triste herencia (1899) que, pese al clima fraternal y de jovialidad, rescata el ambiente desolador de las personas marginadas, representación también muy propia de la tradición española.
Otro pintor, cuyo estilo era muy diferente al del artista valenciano, fue Aureliano de Beruete. Sus cuadros destacan por unos colores más duros que retratan el paisaje de Madrid y Toledo, como El Manzanares (vista de Madrid) (1908) o La venta del macho, Toledo (1911).
En esta corriente también se encuentra Ignacio Zuloaga, amigo de Rodin y Degas. Sus obras destacan por los paisajes costeros del País Vasco, pero también por retratar la sociedad a partir de un tono realista trágico, como la obra Celestina (1906).
El pintor Darío de Regoyos encaja más en el paradigma impresionista, aunque no se especializa en ningún género concreto. Algunas de sus pinturas también muestra una faceta decadentista, como las ilustraciones para los artículos de La España negra de Verhaeren (1897).
Por último, cabe destacar la figura de Ramon Casas, que como la mayoría de los artistas mencionados pasó una estancia en París y recibió la influencia del impresionismo, con obras como Plein air (1891).
Esperamos que te haya gustado este artículo y que hayas aprendido sobre el impresionismo y el arte español.
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