La geometría tiene un papel fundamental en la historia del arte. Desde la antigüedad, se ha jugado con las proporciones matemáticas para crear obras de gran belleza. La proporción o número áureo es la fórmula que define la armonía geométrica perfecta.
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¿Qué es la proporción áurea?
La proporción áurea, también llamada número de oro o proporción divina, es un concepto matemático que fue descubierto en la antigüedad. Desde entonces se convirtió en una regla estética en el proceso artístico, especialmente en la arquitectura y la pintura, que aporta una armonía perfecta a la obra.
Se trata de un número irracional algebraico positivo que, elevado al cuadrado, es igual a sí mismo más una unidad: (1 + ⎷5 ) ⁄ 2 = 1,618. Aparece en muchos problemas geométricos relativos a las divisiones armónicas de segmentos o a proporciones de rectángulos. También hay muchas grandes obras pictóricas del arte universal que aplican con exactitud la proporción áurea a través de la llamada espiral de Durero, por eso son consideradas prácticamente perfectas
En la figura humana también se puede encontrar el número de oro, que es la altura de una persona dividida por la altura de su ombligo. En este concepto se basa el modulor de Le Corbusier, una escala de proporciones arquitectónicas.
Algunos ejemplos de obras de arte que aplican la proporción áurea son La Gioconda de da Vinci o Las Meninas de Velázquez. A continuación, te las presentamos.
La Gioconda
Da Vinci era un gran estudioso de la ciencia, y usó el número de oro en muchas de sus obras, incluidas El hombre de Vitruvio (1490), La última cena (1495-1498) y La Gioconda o La Mona Lisa (1503-1506).
Este último es uno de los retratos más famosos de la historia. Esta obra maestra de da Vinci ha estado siempre rodeada de un gran misterio y leyendas que hasta cuentan un famoso robo que tuvo lugar en el Museo del Louvre de París. El cuadro, que se cree que representa una dama napolitana llamada Mona Lisa, cuenta con muchas interpretaciones diferentes por parte de los críticos de arte.
Esta obra siempre ha tenido una gran relevancia en el mundo del arte por la perfección de las proporciones de la modelo. La postura de la Gioconda hace que encaje perfectamente en el rectángulo áureo y, a su vez, tanto la cara como las partes de la misma también se componen de proporciones áureas.
Las meninas
Otro ejemplo del arte universal que ejemplifica el uso de la proporción áurea en la pintura es Las meninas (1656), una de las obras maestras de Velázquez. El cuadro representa al pintor en su taller y a la familia del rey Felipe IV, con especial protagonismo de sus hijas, “las meninas”. La distribución de los personajes, con el mismo Velázquez situado a la izquierda de la tela pintando los reyes, que se pueden ver reflejados en el espejo del fondo, lleva la mirada a las muchachas.
Con esta perspectiva tan novedosa para la época, así como el juego de luces y sombras, y el fondo plano típico del pintor, consigue un efecto atmosférico. La espiral de Durero tiene su inicio en la parte con más luz, justo donde está situada la infanta Margarita, y encaja en una perfecta proporción áurea. La misma figura de la infanta también puede ser encuadrada en un rectángulo áureo, por lo que la obra respeta la regla estética clásica de la perfección en la armonía geométrica.
La proporción áurea ha acompañado a los artistas, desde la antigüedad hasta la actualidad, en su búsqueda de la belleza a través de la armonía geométrica perfecta.
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