El arte de la joyería refleja la evolución de la cultura, expresa sentimientos y transmite valores estéticos. Incluso artistas de otras disciplinas, como Dalí, experimentaron con el diseño de joyas. En este post analizamos cómo influyeron las joyas romanas en la joyería catalana del siglo XX, especialmente en la obra de Lluís Masriera, el artista joyero catalán por excelencia.
Índice de Contenidos
El arte de las joyas romanas
La joyería romana destaca por su valor artístico y por usar una gran variedad de materiales. La expansión del Imperio Romano posibilitó a los romanos antiguos acceder a multitud de recursos naturales, exóticas piedras y metales preciosos durante años.
Los materiales que utilizaban eran oro, plata, bronce, marfil, perlas (especialmente veneradas) y piedras preciosas. Usaban las piedras preciosas como amuletos, ya que creían que tenían propiedades mágicas. Entre las piedras más usadas, que tallaban buscando la perfección, destacan esmeraldas, topacios, diamantes y zafiros.

En cuanto a técnicas, usaban el estampado, la filigrana, el grabado, el repujado (labrado de una chapa metálica, pieza de cuero u otro material), y la glíptica antigua (tallar o grabar en piedras preciosas o acero).
También utilizaban la joyería en el hogar: muebles con incrustaciones de piedras preciosas y objetos funcionales (espejos, cucharas o vasos) de oro con piedras preciosas.
Las piezas más habituales de la joyería romana
Pendientes
Eran aros con objetos colgantes, con motivos animales y humanos. El dorado siempre es protagonista y las piedras preciosas, las perlas y las filigranas se encuentran en prácticamente todas las piezas.

Anillos
Las únicas joyas romanas que usaban los hombres eran los anillos. Muchas veces, en forma de sello, con retratos o monedas, abiertos en forma de serpiente o cerrados decorados con piedras. El intercambio de anillos al contraer matrimonio, que se mantiene todavía en la actualidad, tiene origen romano.

Brazaletes
Los brazaletes eran joyas muy usadas. Normalmente representaban motivos de animales con cabezas en los extremos, como es el ejemplo de la serpiente enroscada, símbolo de la eternidad y ya heredado de la época egipcia.

Collares
Los collares romanos se decoraban con piedras preciosas. Éstas podían encontrarse repartidas por toda la pieza o solo en una parte, normalmente en el frontal. En ocasiones, las piedras preciosas compartían protagonismo con las perlas, tan veneradas en aquella época.

Monedas
Las monedas se usaban como colgantes, como parte de los pendientes o como pieza para un anillo. El tipo de moneda marcaba el estatus social.

Bullae
El bullae era un colgante circular, similar a un babero, que usaban los niños de familias acomodadas, hasta ser adultos. Eran dos placas, normalmente doradas, de bronce o marfil, entre las cuales se guardaba un amuleto.

Además de brazaletes, pendientes, monedas o anillos, las joyas romanas también presentan otras piezas habituales, como por ejemplo los broches, las horquillas y las gargantillas. En todos los casos, los colores dorados, los grabados, las filigranas y el uso de piedras preciosas y perlas eran los completos protagonistas.
La joyería catalana del siglo XX y la influencia del estilo romano
La joyería catalana en el siglo XX tiene un nombre: Lluís Masriera, joyero, esmaltador y pintor, considerado el joyero del modernismo catalán por excelencia y destacado representante de la joyería Art Nouveau. En la obra de Masriera destacan las flores, libélulas, ninfas, y la figura de Sant Jordi, patrón de Catalunya.
El auge de la arquitectura durante el modernismo está muy relacionado con la joyería y la orfebrería. La nueva burguesía necesitaba embellecer sus hogares, para mostrar su posición social, y la joyería y la orfebrería fueron clave en ello.
Al regreso de la Exposición Universal de París de 1900, Masriera decidió fundir todas sus piezas y transformarlas según los nuevos gustos de la época. El resultado fueron los esmaltes translúcidos con finísimos relieves.
La influencia romana en la joyería modernista y en la obra de Masriera se puede observar, por ejemplo, en este brazalete de diseño enroscado, del año 1903.

Masriera usaba oro para realzar los rubíes, zafiros y diamantes. La influencia de la joyería romana en su obra también se observa en este broche, con piedras preciosas, donde destaca la figura humana. Esta figura humana será clave en la influencia de Masriera en otros artistas joyeros.

En la obra de Masriera también encontramos orfebrería. Servicios de mesa y accesorios de tocador en plata cincelada, que recuerdan los objetos funcionales de la joyería romana de la clase alta.

En el año 1913 nació el novecentismo en Cataluña, y Masriera inició un estilo más clásico, de líneas geométricas cercanas al Art Decó. De esta época es este colgante con la cabeza de Hermes.

Otros artistas destacados en la joyería catalana del siglo XX
- Carreras: Diseños modernistas menos atrevidos que los de Masriera. Modernismo moderado, más clásico. Se fusionó con Masriera en 1915.
- Bagués: Recuperó técnicas modernistas y se centró en el esmalte al fuego. Se fusionó con Masriera y Carreras en 1985.
- Forteza-Rey: Se inspiraba en creaciones de Masriera, reproduciendo los mismos temas en sus broches y colgantes.

Tras este breve análisis, queda patente la influencia de las joyas romanas en las obras artísticas joyeras del modernismo en Cataluña, tanto en el uso de materiales como en las formas y técnicas que, aunque más pulidas, tienen ese aire romano tan característico.
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