Gustav Klimt (1862-1918) fue un artista austríaco que destacó por sus innovadoras técnicas pictóricas y escandalizó por el contenido de sus obras. Es uno de los pintores más destacados del simbolismo y el modernismo europeos.
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Klimt en la sociedad vienesa
El artista se formó en la Escuela de Artes Decorativas de Viena. Lideró y fundó la escuela de pintura Secesión de Viena (Wiener Sezession), palacio de la cual decoró en 1902. Fue miembro honorario de las universidades de Munich y Viena.
Afín a la tradición romántica que fue tan prominente en los países del centro de Europa en el siglo XIX, el desnudo femenino y la sensualidad fueron sus grandes fuentes de inspiración. A partir de 1897 emergió el estilo de un Klimt más maduro influenciado por los emergentes movimientos del simbolismo y el modernismo.
Con un estilo bidimensional en el que el color es meramente decorativo (es muy representativo su uso del pan de oro), las figuras representan un universo propio muy expresivo, erótico y trágico a la vez. Su trabajo en los murales decorativos de la Universidad de Viena, acusado de pornográfico, causó tal escándalo que abandonó sus cargos institucionales para dedicarse en exclusiva al retrato.
El beso (1907)
La obra más popular de Klimt es, sin duda, El beso. Es también la más representativa de su Periodo Dorado y de su particular uso de la técnica del pan de oro. En 1903, el artista había visitado la ciudad italiana de Ravenna, donde había podido contemplar los murales bizantinos de San Vitale que le inspiraron tanto en el uso del oro como en los patrones ornamentales.
En este cuadro, Klimt representa dos amantes fundiéndose en un beso. El cuerpo de la figura masculina dominante está configurado por formas geométricas negras y blancas, mientras que la femenina se deja abrazar y parece fundirse con el fondo de formas redondas, coloridas y floreadas. El beso es una perfecta representación de la recurrente alegoría del artista austríaco de la unión espiritual y erótica en el cosmos.
Salomé (1909)
Salomé o Judit II es la segunda versión que hizo Klimt del mito bíblico de Judit, la mujer que decapitó al general asírio Holofernes cuando éste, que quería invadir el pueblo judío, intentó seducirla. Judit, conocida como Salomé en otras tradiciones, ha sido representada muchas veces a lo largo de la historia del arte.
Esta segunda versión de Klimt contrasta con el erotismo más femenino y calmado de Judit I (1901). En este cuadro, Klimt muestra la sensualidad de sus pechos descubiertos de forma agresiva y desafiante, como la misma expresión del rostro. Sus manos en forma de garra sostienen la cabeza de Holofernes por el pelo. A nivel estilístico, el cuadro también forma parte del Periodo Dorado y muestra las decoraciones geométricas típicas del pintor.
Las tres edades de la mujer (1905)

Klimt terminó Las tres edades de la mujer en 1905, casualmente el mismo año que abandonó la Secesión de Viena. Ese fue un periodo transitorio entre su trabajo monumental y muralístico y sus primeros trabajos decorativos. Posiblemente por esta razón, hablamos de un cuadro pintado sobre una tela de grandes dimensiones, de 180 por 180 cm.
El tema de este cuadro también parte del desnudo femenino, sin embargo, representa tres mujeres de diferentes edades, simbolizando el ciclo de la vida. La mujer de cuerpo joven y andrógino lleva flores en el pelo, en una clara alegoría de la primavera. Sostiene la bebé en su seno, y las dos tienen los ojos cerrados con una expresión de calma. En contraste, la mujer mayor esconde su cara detrás de su pelo. Su cuerpo es arrugado y deformado, de un color grisáceo que se diferencia de la pureza blanca de la piel de las dos jóvenes.
Las obras de Gustav Klimt muestran no sólo un estilo muy propio aunque ligado estrechamente con la tradición, sino también un universo único en el que el erotismo femenino pero también los grandes temas como el amor o el odio tienen un gran protagonismo.
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