El icónico cartel de Anís del Mono de Ramon Casas, de 1898, es una obra que, aunque tiene una marcada intención comercial, se convirtió en todo un fenómeno artístico de la época. A continuación, te hablamos de las características que hicieron de este cartel un icono y de los matices que le otorga el artista más allá de la belleza estética.

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El concurso de carteles de Anís del Mono
A finales del s. XIX, el cartelismo estaba en pleno auge en Cataluña, pero especialmente en las calles de Barcelona. Por este motivo, el propietario de Anís del Mono, Vicente Bosch, publicó una convocatoria de concurso para crear un cartel para la marca.
La acogida fue abrumadora y se presentaron hasta 162 proyectos, que se exhibieron en la Sala Parés y que, en su mayoría, estaban diseñados por artistas catalanes.
Vicente Bosch fue el único miembro del jurado y, aunque concedió tres premios y varios accésits para recompensar la calidad de las propuestas presentadas, quedó maravillado con la propuesta de Casas, a la que le otorgó el primer premio y un accésit.
¿Qué transmite el cartel de Anís del Mono de Ramon Casas?
El cartel de Anís del Mono de Ramon Casas es una litografía llamada Mono y mona en la que aparecen una joven en actitud pícara que sujeta una copita de anís y va de la mano de un mono, que lleva bajo el brazo la icónica botella de la marca.
El trasfondo del diseño tiene un componente muy sensual, tanto por la mirada de la joven, como por la manera en la que viste el mantón de Manila. Este accesorio se asociaba al lujo, a la clase y a las tradiciones castizas como la tauromaquia o el flamenco. Sin embargo, la manera en la que lo lleva colocado, una forma de vestirlo conocida como “a la moronga”, sugiere que es una prostituta, ya que las de la época solían llevarlo puesto así.
Para el dibujo del mono, es muy probable que Casas se inspirara en el bestiario medieval, en el que se le considera un animal de bajos instintos, símbolo de la sensualidad y la lujuria. De hecho, en el propio cartel, el animal aparece en una actitud ligeramente ebria.
¿De dónde viene la figura del mono de la marca Anís del Mono?
En el cartel de Anís del Mono, aparecen dos claros símbolos de la marca de anís: el mono y su característica botella. Existen varias interpretaciones con respecto al nombre de la marca: una de ellas conduce a que, en su momento, en la fábrica hubo un mono como mascota que los hermanos Bosch podrían haberse traído de uno de sus viajes a América, donde también tenían negocios.
Otra interpretación tiene que ver con Charles Darwin: el famoso científico había publicado en 1859 su libro El origen de las especies y, cuando se creó la marca, la controversia en torno a sus teorías estaba de actualidad. Se dice que Vicente Bosch, aprovechando el debate, se lanzó a publicitar su marca como “la más evolucionada”. En la etiqueta, aparece un mono con rasgos particulares que le dan un cierto aspecto humano, y este sostiene un pergamino en el que se lee: “Es el mejor. La ciencia lo dijo y yo no miento”.
La tercera interpretación es una de las hipótesis más extendidas y plantea que los hermanos Bosch eran contrarios a la teoría de la evolución de Darwin y buscaban desacreditarlo. Aunque en un inicio el mono no tenía rasgos caricaturescos, la imagen que se utiliza en la etiqueta guarda un cierto parecido con el científico.

La leyenda en torno a su emblema, sus hermosas botellas, la calidad de su producto artesanal y el icónico cartel de Anís del Mono de Ramon Casas lograron que, a día de hoy, la marca de licores siga siendo una de las más conocidas a nivel nacional e internacional. El cartel de Casas, que llevó al artista a lo más alto del cartelismo catalán y español, ha sido expuesto en el Museo del Traje, el Museo Abelló, el Museo de Badalona y el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC).
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