Algunos movimientos artísticos han marcado la evolución de la historia del arte, resultando clave para su evolución. En este post te contamos más sobre aquellos 7 más destacados, ubicándolos en su contexto histórico, comentando sus principales representantes y mencionando qué significaron para Cataluña.
Índice de Contenidos
7 movimientos artísticos determinantes en la historia del arte
Renacimiento italiano
El Renacimiento italiano tuvo lugar entre los siglos XV y XVI y se caracterizó por una nueva manera de interpretar la antigüedad y una mayor atención hacia la cultura.
Los principales artistas del Renacimiento, como Miguel Ángel, Rafael y Leonardo da Vinci, se inspiraron en el arte clásico de Grecia y Roma, sobre todo en aspectos como el equilibrio, la perspectiva y el naturalismo.
Esta inspiración en la antigüedad se observa en las pinturas humanistas de retratos, en la arquitectura de trazos simétricos, y en las esculturas anatómicamente perfectas, como el David de Miguel Ángel.

En cuanto al Renacimiento en Cataluña, aunque no existen referentes propios, pues el tradicionalismo medieval aisló las corrientes innovadoras, las formas renacentistas se introdujeron en los Países Catalanes a finales del siglo XV, desarrollándose en el siglo XVI.
Uno de los artistas destacados fue Damià Forment, de Valencia, autor de la obra maestra de la escultura renacentista en Cataluña, el retablo mayor de Poblet (1527-29), aunque gran parte de los creadores renacentistas en Cataluña fueron foráneos.

Barroco
El barroco, surgido en Italia tras el renacimiento, siguió interesándose por el realismo y el color, aunque las obras barrocas se diferencian de las renacentistas por hacer especial énfasis en la extravagancia.
En cuanto a los autores del barroco destacan Caravaggio, creador de escenas pictóricas llenas de drama por su tratamiento de la luz y el movimiento, y Bernini, cuyas esculturas tenían un gran sentido de la teatralidad. Otros nombres destacados del arte barroco fueron Borromini, Rubens y Rembrandt.

En el arte barroco de los Países Catalanes sobresale el nombre del pintor Antoni Viladomat, el pintor más destacado de Cataluña en su tiempo, cuya obra en la iglesia de Santa Maria de Mataró es uno de los ejemplos más completos de barroquismo en Cataluña.

Realismo
El realismo, que se inició en Francia tras la revolución de 1848, plasmaba imágenes de personas contemporáneas en su vida cotidiana. Fue una respuesta al romanticismo imperante hasta el momento, caracterizado por escenas mitológicas o bíblicas o por realizar retratos del clero y la nobleza.
Los autores destacados del realismo, que mostraron la realidad de las personas más pobres, fueron Gustave Courbet, Honoré Daumier, Jean-François Millet y McNeill Whistler.

La influencia de la fotografía en el realismo es clara, pues presionaba a los pintores para producir representaciones más realistas, y así competir con la nueva tecnología.
El realismo en Cataluña tiene un nombre: el del pintor Ramon Martí i Alsina, que tras conocer a Courbet en París, importó el estilo. Francesc Miralles, quien fue su discípulo, también fue un nombre protagonista de la época.

Al principio el realismo se relacionó con una actitud política progresista, pero acabó dominando el ambiente artístico catalán con la obra de algunos discípulos de Martí Alsina, cómo Francesc Torrescassana y Joaquim Vayreda, además de la escuela de Olot.
Impresionismo
El movimiento impresionista fue menospreciado en sus inicios, pues sus impulsores, un grupo de artistas franceses, rompieron muchos esquemas: pintaban al aire libre (hasta entonces la mayoría de los pintores de paisajes realizaban sus obras en estudio), usaban pinceladas visibles de colores vivos, generalmente puros, y sus composiciones transmitían luz y movimiento.
En este grupo, formado a principios de la década de 1860, se encontraban Claude Monet, Pierre-Auguste Renoir, Alfred Sisley y Mary Cassatt.

En cuanto al impresionismo en Cataluña, Ramón Casas y Santiago Rusiñol recogieron la influencia impresionista en los inicios de la década de 1890, aunque no fue hasta los últimos años del siglo cuando otros artistas catalanes adoptaron el nuevo movimiento.
Fue cuando Isidre Nonell y Ricard Canals participaron en la XV Exposición de Pintores Impresionistas, en París en 1897, convirtiéndose Canals en uno de los artistas destacados del movimiento, incluso en Francia.
Marià Pidelaserra, que expuso en la Sala Parés de Barcelona en 1902, fue el primer artista catalán en practicar un impresionismo según los estándares, derivando después hacia un estilo propio.

Postimpresionismo
El postimpresionismo se desarrolló en Francia, entre 1886 y 1905, como reacción ante la necesidad de luz y color del arte impresionista.
Los artistas postimpresionistas no tenían un único estilo, sino que el movimiento abarcó diversos tipos de arte, como el puntillismo, el simbolismo o la inclusión de elementos abstractos.
Entre los artistas postimpresionistas destacaron Paul Gauguin, Paul Cézanne, Henri Toulouse-Lautrec y Georges Seurat, pero, sin duda, uno de los más relevantes fue Vincent Van Gogh, cuyas pinceladas y uso del color no transmitían las cualidades del paisaje sino sus propias emociones.

El postimpresionismo se conoce en Cataluña como postmodernismo, y su figura clave es Isidre Nonell, cuyo característico estilo, basado en breves pinceladas repetidas combinadas con largas pinceladas en los contornos, supuso una importante renovación estética en el arte catalán.

Cubismo
El cubismo fue un movimiento artístico innovador, que usaba formas geométricas para sus composiciones, lo que supuso una ruptura con los movimientos artísticos anteriores. Pablo Picasso y Georges Braque lo iniciaron a principios de 1900 cuando, junto a otros artistas, analizaban y fragmentaban los objetos, para luego unirlos de forma abstracta.

Las imágenes eran líneas y formas mínimas, buscando la simplificación, objetivo del cubismo, uno de los movimientos artísticos más importantes del siglo XX. Esta perspectiva minimalista afectó a la paleta cromática, pues los artistas cubistas usaban tonos limitados, buscando una apariencia plana y renunciando a la sombra.
Esto rompió con el uso de la perspectiva, estándar desde el renacimiento. Al salirse de las normas preexistentes, el cubismo abrió las puertas a otros estilos como el surrealismo y el expresionismo abstracto.
El cubismo vivió una de sus épocas más fértiles en Cataluña, y fue entre los años 1909 y 1913, coincidiendo con diversas estancias de Picasso en tierras catalanas. Fue cuando el artista realizó una de las series más importantes del cubismo geométrico, de la cual forman parte Cases d’Horta (1909) y La fàbrica d’Horta (1909).
Surrealismo
Este género, que se inició en la década de 1920 y se caracteriza por plasmar escenas generadas por el subconsciente, empezó cuando algunos artistas adoptaron la técnica del automatismo, que despertaba la creatividad desde el subconsciente.
Los artistas surrealistas desafiaban a las percepciones y a la realidad, liberándose de restricciones y buscando una total libertad creativa, lo que conseguían uniendo un estilo de pintura realista con temas poco realistas.
Los artistas clave del surrealismo fueron Max Ernst, René Magritte y Salvador Dalí.
El surrealismo en Cataluña tiene dos nombres: Joan Miró y Salvador Dalí. Dalí lo adoptó como base de su futura obra artística, llena de imágenes realistas, cada una de las cuales no representa un solo objeto, sino diversos.

Estos 7 movimientos artísticos marcaron en su momento un antes y un después en la historia del arte, siendo fundamentales para entender su evolución.
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